domingo, 9 de enero de 2011

Llevar la gorra estilo tonto del pueblo

La moda actual respecto a las gorras dicta que éstas deben llevarse con la visera plana, y si además le añades el toque "tonto del pueblo", esto es, llevarla con encaje asimétrico, esto es, como torcida sobre el cráneo o pelota cerebral, mejor. Antes la moda era llevar la visera combada. Tu comprabas una gorra, la cual venía de fábrica con la visera tiesa como un cadáver, y tú mismo, serve your selfe en materia de moda, utilizabas tus manos para hacer ceder esa rigidez y arquear la visera. Era estético. Pero ya no está de moda, hace mucho. La moda ahora es adoptar el estilo tonto del pueblo. Es sencillo avistar ejemplos durante un paseo por la gran ciudad, nuestros jóvenes no se quedan atrás, sólo los tontos no siguen la moda gorra estilo "tonto del pueblo".

Una muestra emblemática la contiene el concurso Gran Hermano (edición 12, creo). No hace falta ver GH para saberlo. Te puede irritar ver GH, pero si has hecho zápping en un par de ocasiones has podido dar con un muchacho no muy alto (creo) que confirma tendencias manejándose en la casa GH invariablemente con su gorra calada estilo "tonto del pueblo". Yo estoy de acuerdo con las modas, porque si uno es un poco normal, se cansa de las cosas (incompresibles esos que gastan el mismo peinado durante 20 años; qué os pasa tíos), y entonces un cambio viene bien, y si el cambio te lo sirve el propio sistema de manera espontánea, pues mira, puedes tomar nota si así lo deseas; en fin, una ventaja.

Pues bien. Seguro que algunos (todos sería demasiado) sois capaces de evocar al menos un atisbo, un parpadeo, de ese chico que luce su gorra estilo tonto del pueblo en el concurso de la tele. Creo que para añadir estilo la viste algo cedida de la cabeza, esto es, como abandonándole su puesto la gorra, pero sin salirse; aunque de este matiz no estoy seguro. Lo recordaréis si veis GH o si habéis hecho zápping dos veces en los últimos meses, siempre y cuando, obvio, gocéis de unos estímulos neuronales y de una memoria retentiva normal. Porque, claro, ahora que pienso, todo el mundo es más o menos así, pero si nos dedicásemos a rociar a la masa con la pregunta sobre si han visto al tipo de la gorra estilo... en Gran Hermano, acaso algunas respuestas fueran: ¿Un tío que viste gorra en plan tonto del pueblo en Gran Hermano? No, no. No veo Gran Hermano -esto último lo subrayarían-. Este tipo de sujetos piensa: "Yo soy capaz de evocar la visión de un sujeto vistiendo una gorra estilo tonto del pueblo en GH, pero si lo digo seré catalogado como espectador de GH, y no quiero ser catalogado bajo ese epígrafe pues es una etiqueta fatal". No hombre no, tonto, que no (no te catalogaremos como tal). Este tipo de gente, los timoratos de la catalogación, son unos pesaos. Diverso es los que carecen de memoria mínimamente retentiva, pobres. Otros simplemente no han gozado de ocasión para presenciar GH. (Pero todo esto es desviarse -gustosamente- del nudo, una digresión guai).

Sigamos con lo del tonto del pueblo. Yo pienso que hace años, no sé, pongamos en los 60 ó 70, u 80s, un automóvil que recorriera la árida estepa ibérica y recalara en alguna de nuestras villas decimonónicas, con dificultades el piloto para orientarse, pues se le ocurriría preguntar a algún labriego por dónde tomar para seguir hasta... yo qué sé, Tarazona, u Olot. Pues bien, si aguzaban la vista para avistar a un lugareño y preguntarle, y veían a uno que llevaba la gorra como si vistiera una tanqueta de colores en la cabeza, y encima torcida, bueno, en fin, como un tonto, el estilo es inefable, no se puede describir (mas la sensación inequívoca de hallarnos ante una persona médicamente idiota nos golpea), tal vez dijesen: No, a ése no le preguntamos, ese debe ser el tonto del pueblo, que es figura emblemática de cada pueblo que jalona nuestra geografía, y seguirían buscando a alguien que pudiese prestarles ayuda.

¡Pues los tiempos han cambiado!

Pecaríamos de elementales, sin embargo, si echásemos ya el ancla de este barco reflexivo, a estas alturas del mar de la disquisición. Es decir, la pregunta es: ¿Mola parecer tonto, es chisposo? ¿Sucede en otros ámbitos del lucimiento, de la estética?, ¿en el arte, en la política, en el deporte?

Del deporte no dudo pues en éste los resultados mandan, matemáticas. La moda tonta sólo es susceptible de habitar los ámbitos de consideración subjetiva...

¡La felicidad ha de embargarnos!

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